sábado, 4 de enero de 2014

7 - Nicaragua (Playas Popoyo, Guasacate y Santana)

De Playa Grande me tomé un ómnibus al pueblo de Huacas, luego otro a la ciudad de Liberia y de allí otro a la frontera de Costa Rica con Nicaragua. Hasta ese punto fue un viaje bastante tranquilo. Los tramites fronterizos son un poco pesados pero nada grave. Como siempre, se sella la salida y entrada en el país correspondiente y te revisan un poco el equipaje.

Una vez terminado esto tenía dos opciones: seguir viajando en ómnibus unos 100 km más hasta la playa a la que quería ir, o tomarme un taxi. Nicaragua es un país muy pobre y se nota enseguida que se cruza la frontera. Como país pobre que es, todo resulta muy barato para los extranjeros. Por lo tanto un taxi por unos 100 km o un poco más me podría haber costado tranquilamente 20 o 30 dolares (después de un poco de regateo). De todas formas decidí hacer la experiencia de tomar un ómnibus en Nicaragua.

En el momento que entré a lo que sería la terminal, se me abalanzaron fácil 10 o 12 personas a ofrecerme cosas.. Algunos taxis, otros ayudarme a cargar mi mochila, otros solamente me gritaban nombres de ciudades, no se si era por taxi o por ómnibus. Y como todos se querían hacer escuchar sobre los otros literalmente me gritaban en la cara y a veces discutían entre ellos porque decían que el otro tenía precios más altos y cosas así.. Uno empezó a tirar de mi tabla para tratar de atarla arriba de su auto.. Por un rato trate de decirles amablemente que no precisaba nada, a la vez que estaba muy pendiente de todas mis pertenencias porque se siente bastante inseguridad.. Después de un rato de ver que hablar suave y calmado no funcionaba empecé a gritarles yo también a ellos con bastante fuerza que se callaran la boca y no me gritaran más, que yo iba a pensar que iba a hacer y después yo iba a hablar con ellos.. Dio bastante resultado y la mayoría se fueron a molestar a otros turistas, aunque siempre andaba alguno alrededor mosconeando.

Finalmente me subí al ómnibus a la ciudad de Rivas, a mitad de camino para playa Popoyo.. Muy divertido el viaje en ómnibus, parece de película.. Todo el equipaje se sube al techo y unos tipos lo atan. Con equipaje me refiero a bolsos, mochilas y tablas de los turistas y bolsas de arroz y grano, llantas de tractor y animales vivos (chanchos sobre todo) de los locales.. Todo eso iba atado junto arriba del techo.. Obviamente me subía al techo a ver eso. También para asegurarme que mis cosas quedaran bien atadas y que nadie metiera la mano en un bolsillo. Me quede en el techo hasta que el ómnibus se empezó a mover, pedí para viajar ahí a uno que decía ser de la compañía pero no me lo permitió, así que cuando salimos de la terminal (y ya estaba seguro de que nadie se iba a bajar con mi mochila) bajé por una escalerita y me metí por la puerta de atrás con el ómnibus en movimiento.
La cantidad de gente adentro del ómnibus era impresionante, peor que cualquiera que salga de la ciudad vieja a las 6 de la tarde. Quede parado en la puerta del fondo, y para mi asombro, en el viaje, el omnibus siguió parando a levantar gente! Y como tenían que entrar por la puerta de atrás y yo era el que estaba pegado a esta, quede medio encargado de abrir y cerrar la puerta cada vez que alguien quería entrar (se abre y cierra a mano). También aproveche y cuando el ómnibus tenía que parar un poco abría la puerta y me trepaba un poco al techo a ver que estuviera todo bien.

Una vez Rivas decidí que por más que me había gustado la experiencia del ómnibus prefería seguir en taxi. En parte porque creo que un ómnibus era más que suficiente y en parte porque se estaba haciendo tarde y quería llegar a la playa con luz. Conseguí que uno me llevara por 20 dolares (en la frontera se conseguía más o menos por ese precio todo el trayecto pero bueno).
El día anterior me habían contado una historia de un turista que tomó un taxi y un par de desconocidos le dijeron para compartir porque iban para el mismo lugar y repartir los gastos. Resultó que estaban complotados con el taxista y le sacaron todo, lo dejaron con el pasaporte, 20 dolares y el short para que cruzara la frontera y se fuera del país..
Esto viene a que cuando me subí al taxi, se subió el taxista y otro que decían trabajar juntos en el asiento del acompañante. No me gustó mucho la cosa y les pregunte que porque tenían que ir los dos, me dijeron que por si el conductor se cansaba. Les dije que no me parecía necesario y que prefería que fuera solo el conductor, como haciendome el boludo pero quedo claro que quería que se bajara el otro (además el que estaba de acompañante era muy grande y el conductor no). En definitiva se bajo a las 3 cuadras, pero igual fui muy atento a los carteles y mirando un mapa porque ya estaba desconfiando.
Al final tal vez no fue necesaria tanta desconfianza porque me llevo a Playa Guasacate a la puerta del hostel que le dije como le había pedido, pero al no conocer preferí pasarme de precavido.

Una vez en la playa la cosa cambia bastante, y es un poco más parecido a lo que estoy acostumbrado de Costa Rica.
El pueblo de la playa Guasacate es muy chico y con poca infrastructura, unos cuantos hostels y restaurantes playeros y un par de mini mercados. Queda todo sobre la playa o muy cerca. Es realmente un pueblo muy lindo, ente mucha vegetación, con muy poca luz artificial, por lo que en las noches se ven todas las estrellas y el resplandor del plancton en el mar (suena muy poético pero es muy lindo de ver).

Me quedé en el Popoyo Beach Hostel que queda sobre la playa.. Es muy agradable y limpio y tiene su propio bar. En la habitación se estaban quedando dos muchachos de Costa Rica de los que me hice bastante amigo e íbamos a surfiar y comer juntos muchas veces.

En el canto derecho de la playa Guasacate se puede surfiar unas olas bastante buenas sobre fondo de arena. Por su parte en el canto izquierdo hay un río bastante angosto, cruzando este río se llega a la playa Popoyo propiamente dicho donde rompe una ola muy buena de izquierda y derecha sobre fondo de piedras, cuando la marea esta muy baja es peligroso porque es muy poco profundo, pero la ola es excelente. Y caminado unos 40 mins hacia el sur (pasando Popoyo) se llega a Playa Santana, donde rompe una ola orillera sobre fondo de arena sumamente tubular. Estos fueron los lugares que surfie en Nicaragua y valieron la pena.

Van algunas fotos de mi estadía en Nicaragua:

Viaje en omnibus y taxi hacia Guasacate:





















En el Popoyo Beach Hostel y el pueblo de Guasacate















Con Moritz, un amigo de Costa Rica, a la vuelta de una buena sesión de surf en Santana


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